A bordo de la Estación Espacial Internacional, los astronautas realizaron exitosas pruebas utilizando un laboratorio portátil.
Abril 6, 2007: "¡Qué gran alivio!", dice Norman Wainwright, de los Laboratorios Charles River, en Charleston, Carolina del Sur. "Todo el equipo técnico estaba encantado de que funcionara tan bien".
Wainwright habla de un laboratorio biológico en miniatura que recientemente fue puesto a prueba, por primera vez, a bordo de la Estación Espacial Internacional (EEI). El mini-laboratorio se conoce por la sigla LOCAD-PTS, que refiere al nombre del proyecto en idioma inglés: Lab-On-a-Chip Applications Development — Portable Test System (Sistema Portátil de Prueba y Desarrollo de Aplicaciones de Laboratorio en un Microprocesador), y detecta la presencia de bacterias o de hongos en la superficie de las naves espaciales con mucha mayor rapidez que los métodos de cultivo convencionales.
"La capacidad para monitorear microorganismos sería particularmente importante en viajes espaciales largos, no sólo para controlar la salud de los astronautas sino también para monitorear materiales electrónicos y estructurales, a los cuales determinados hongos y bacterias pueden provocar corrosión o daños de otra índole", manifiesta Wainwright, el investigador principal del experimento. El instrumento LOCAD-PTS está diseñado para que "los astronautas puedan realizar los análisis a bordo, sin necesidad de regresar las muestras a laboratorios en la Tierra".
El dispositivo fue lanzado el 9 de diciembre último a bordo del transbordador espacial Discovery, y posteriormente fue colocado a bordo de la EEI, donde quedó almacenado hasta la fecha programada para la experimentación: el sábado 31 de marzo por la noche, hora del Centro Marshall para Vuelos Espaciales. (¡Recuerde esa hora!)
La astronauta Sunita "Suni" Williams abrió el bolso que contenía el instrumento, armó el LOCAD-PTS y luego realizó seis lecturas. "Las dos primeras eran controles para demostrar que el instrumento estaba funcionando correctamente", explica Jake Maule, el científico del proyecto del LOCAD-PTS, en el Instituto Carnegie de Washington. "En primer lugar, ella limpió la palma de su mano, con la cual había tocado las barandillas y otras superficies que normalmente se manejan con las manos y que deberían tener grandes cantidades de bacterias y, en efecto, obtuvimos una lectura muy positiva", continúa. "Posteriormente, Williams tomó muestras de agua ultra limpia del instrumento que se utiliza para humedecer las muestras con el objetivo de verificar si el agua estaba realmente limpia y, en efecto, obtuvimos una lectura significativamente negativa".
Luego, con el fin de efectuar una comparación, Williams escogió un panel de pared, en el Nodo 1 de la EEI, y lo puso a prueba utilizando el instrumento LOCAD-PTS y un método de cultivo convencional.
Para el método convencional, la astronauta presionó contra el panel una capa del medio de cultivo en gel sólido (similar al agar), durante algunos segundos, la colocó en su envase de manera segura, y luego la apartó durante algunos días para su incubación.
Posteriormente, extrajo del LOCAD-PTS un hisopo seco, similar al "Q-tip", de alta tecnología, y lo frotó sobre el panel ubicado junto a la misma área. Al arrojar agua ultra limpia sobre el hisopo, la muestra se convirtió en líquido. Después colocó algunas gotas dentro del instrumento portátil LOCAD-PTS.
"Cuanto más limpia es la muestra, más tiempo toma el análisis", dice Wainwright. "Como este sitio estaba bastante limpio, el análisis tardó alrededor de 12 minutos, pero las muestras más sucias pueden tomar tan sólo un par de minutos".
Fue durante la espera que Williams debe de haber observado la hora. A pesar de que eran las 10:20 de la noche, Hora del Centro de Estados Unidos, en Marshall, Huntsville, Alabama, donde todos los científicos del proyecto del LOCAD-PTS se encontraban observando los monitores de televisión ansiosamente, en realidad ya era pasada la medianoche del 1 de abril, hora del Meridiano de Greenwich, que es el huso horario utilizado por la EEI.
"Suni dijo: ‘Ah, esta última serie de lecturas arrojadas por el LOCAD-PTS se ve algo extraña’", recuerda Maule. "Tras una pausa de aproximadamente cinco minutos, ella exclamó: ‘¡Feliz Día de los Inocentes! ¡Los números están perfectos!’".
"¡Definitivamente me engañó!", dice riendo.
Durante los próximos meses, se utilizará el LOCAD-PTS, y también los métodos de cultivo convencionales, para investigar diferentes partes de la EEI. "Se programó el lanzamiento de una segunda generación de cartuchos del LOCAD-PTS destinados a la detección específica de hongos. Para esta misión, se utilizará el Transbordador Espacial STS-123 y su destino será la EEI", dice Anthony T. Lyons, el director del proyecto LOCAD-PTS en Marshall, el centro de la NASA que ha supervisado tanto el proyecto desde sus comienzos como la preparación del equipamiento para el vuelo espacial. "Con cada generación de cartuchos, lo que detectamos se torna cada vez más específico. Nuestro objetivo final es proporcionar a la tripulación un conjunto de cartuchos para poder detectar una amplia variedad de componentes establecidos como meta, tanto biológicos como químicos, dentro y fuera de la nave espacial, lo cual sería particularmente importante para misiones de larga duración a la Luna o a Marte".
"Ahora estamos muy felices con el resultado de las primeras pruebas".
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